lunes, 20 de mayo de 2013

La escuela Multigrado en el contexto de la RIEB

“Cuando eres un educador siempre estás en el lugar apropiado a su debido tiempo. No hay horas malas para aprender”. Betty B. Anderson

El inicio de clases, permite volver a retomar la vida habitual sabiendo que muchos compañeros que quizás en el ciclo anterior lo fuimos, no volverán a serlo. Los permanentes movimientos laborales que hemos tenido en las últimas semanas, me han impedido -más por falta de tiempo- volver a escribir. No obstante, no he pensado dejarlo a la deriva, como algunos me preguntaron, fue sólo un descanso para ordenar ideas y repensar qué es lo verdaderamente importante en nuestras vidas. No es que sea difícil escribir cuando se cambia de centro de trabajo, pero si es necesario considerar y organizarse con las nuevas responsabilidades adquiridas, ya que siempre es pertinente tomarse el debido tiempo para meditar respecto a lo importante, lo necesario y lo urgente. Tres carriles que no siempre andan juntos.
 
Sin embargo, no he dejado de documentarme acerca de la  nueva responsabilidad que nos han confiado: Coordinador de escuelas multigrado, y sobre este tema les voy a platicar, que es una de las pasiones y parte de mi quehacer docente en estos últimos años. De hecho, por tal motivo fui invitado a participar en la Subdirección de Proyectos Académicos de la SEC.  De más está señalar que agradezco tal distinción y esperamos no defraudar a quien confió en nuestro trabajo.
 
El presente artículo es una mirada seria y ponderada respecto a cómo debemos fortalecer nuestra escuela pública, que venía de tumbo en tumbo en relación con la calidad, pues ya se ha superado cualquier asomo de falta de cobertura.  Si bien es cierto, la Articulación de la Educación Básica ha sentado precedentes con la firma del Acuerdo 592 firmado por el Secretario de Educación, también es cierto que en nuestro país el 70 % de la totalidad de las escuelas son multigrado, lo que significa que en un grupo confluyen alumnos bajo una multiculturalidad, la cual, significa que los docentes deben trabajar muy diferente a otro de escuela de organización completa. La Reforma Integral a la Educación Básica parte hasta cierto punto de la Alianza por la Calidad de la Educación, promovida por el SNTE, situación que sin lugar a dudas permite establecer de forma, una práctica docente distinta a la que se venía realizando, al menos en el papel; sin embargo, dicha reforma en  el contexto rural está desarticulada bajo el sentido estricto de la operatividad, ya que si bien es cierto, han existido intentos por parte de Programas Compensatorios, no han sido suficientes ya que nos encontramos que los Programas 2009 en Primarias en este nuevo ciclo escolar han sido sustituidos por los del 2011, con algunas modificaciones con respecto a los aprendizajes esperados que le abonan al perfil de egreso y éste a su vez a las competencias para la vida.
 
En ese sentido, por parte de la instancia nacional, no hay una estrategia que posibilite trabajar en el contexto rural de grupos multigrados, por lo que se hace necesario que la Secretaría de Educación y Cultura en el estado no se quede con los brazos cruzados  ante esta situación.
 
 Las autoridades educativas deben optar por levantar de nuevo la escuela multigrado, especialmente por toda la historia y el significado que tiene la realización de acciones destinadas a fortalecer la escuela pública, algo por demás urgente y necesario.
 
Toda crisis es una oportunidad y nuestra oportunidad es recuperar lo perdido y tener algo de mejor calidad que lo que había antes. Es cierto que es más fácil (y más caro) levantar escuelas que hacerlas mejores. Los gobiernos, necesitados de la aprobación ciudadana deben mostrar obras concretas y la tentación, como dice Waissbluth, es grande. “Meter la mano en la billetera fiscal para reconstruir el edificio es costoso, pero fácil y posible de hacer. Meter mano en el currículo, mejorar estándares de calidad, implementarlos, mover la parsimonia metodológica de muchos docentes, desatar la creatividad y empezar a desarrollar competencias y habilidades para el siglo XXI es mucho, muchísimo más difícil, aunque sea más barato”. Peor aún, la opinión pública, cuando no se informa, sólo tiene herramientas para aplaudir la inauguración de nuevas escuelas, ni se enterará de la inauguración de una mejor calidad.
 
Hacemos un llamado enfático para que aprovechemos la oportunidad de resolver el problema de la escuela multigrado. No caigamos en la tentación, de cortes de cinta en que muchas autoridades y alcaldes inauguren orgullosamente una escuela bajo el esquema de la Transformación Educativa con la foto del beso a un escolar. Lo que importa no es el edificio en sí, sino lo que ocurra dentro de él.
 No podemos olvidar, quienes provenimos de la cultura del esfuerzo, como lo dijera el desaparecido Lic. Luis Donaldo Colosio Murrieta, a los grandes precursores de la escuela rural, Rafael Ramírez Castañeda, José Vasconcelos, Jaime Torres Bodet entre otros, quienes buscaron mejorar la calidad, pero sobre todo la equidad de cátedra, ante las grandes desigualdades sociales que les tocó vivir.
 
Me parece necesario hacer una precisión: Nuestras escuelas vulnerables, con bajos resultados en los índices de calidad, no son malas porque sus profesores sean malos. Lo son, porque les ha faltado liderazgo académico a sus directores, porque el currículo oficial lo hacemos arcaico y paralizante, porque los contenidos y la forma de entregarlos no están a la altura del mundo moderno, porque no se toman en cuenta los conocimientos propios de cada niño para construir aprendizaje desde allí, porque no se fomenta la investigación y el emprendimiento, porque seguimos enseñando como aprendimos nosotros, hace cuarenta o más años, pensando que el mundo sigue igual. Sin duda los maestros deben cambiar su forma de enseñar, pero también la autoridad, sin duda deben mejorar las propuestas educativas, sin duda debemos construir escuelas mejores en lo estructural, pero también en lo académico, porque no podemos decir que da lo mismo que un niño pierda un semestre de clases. No busquemos culpables, mejor hagamos una introspección. Entiendo, en lo profundo, pero no todos lo entenderán y creo que habría mejores redacciones para esta idea: ¡Todos hacemos la Reforma!
 
Profr. Iván Jossué Campas Robles
Consejal Nacional de la Sección 28 del SNTE

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